martes, 29 de enero de 2008

UNA NOCHE PARA LLEGAR A ACAPULCO, TRES DIAS PARA DISFRUTARLO, TODO UN DOMINGO PARA PREPARAR EL REGRESO Y TODA UNA VIDA PARA RECORDARLO




El 23 de enero salimos de la terminal del sur a las 22:30 hacia la Bahia de Acapulco donde ya nos esperaba mi hermano con su familia, el viaje que debió durar 5 horas finalmente fue de 4 horas y media por lo que llegamos a las 3 de la madrugada... era extraño, dentro de la terminal de Papagayo habia una temperatura templada pero al salir se sentía un calor que no corresponde a esas horas de la madrugada, claro, no en una ciudad como esta que se encuentra a 2240 metros sobre el nivel del mar, por eso resultó sorprendente aquella temperatura a esas horas de la madrugada.

Poco antes de las 8 de la mañana recorrimos por vez primera la playa, caminamos sobre la arena mientras una que otra ola nos alcanzaba y en el olfato se podia percibir una esencia que solo le pertenece al mar y a sus cosas; mas tarde pasamos un rato en la alberca del hotel tomandole confianza al agua para de ahi dirigirnos a Caleta, primero al Acuario del Magico Mundo Marino, luego al mirador telescópico y de ahi a ver el espectaculo de las focas con (según me comentó mi hermano) el legendario Pancho; ya en la tarde nos encontrabamos en la Playa de Caleta donde al fin, nos atrevimos a cruzar el limite de donde se forman las olas, incluyendo mis hijos que a sius 9 y 10 años no conocian el mar, asi era más o menos el plan, porque supuestamente más pequeños olvidan este tipo de cosas.

El día siguiente después de dormir profundamente toda la noche y toda la mañana, la tarde solo nos alcanzó para tomar un bote e ir hacia la isla de la roqueta, pero antes de llegar pasamos por donde esta la Virgen de los Mares en el islote Hierbabuena, despues de 4 horas volvimos al hotel y nos metimos a la picina donde nos cayó la noche.

El sabado la excursión consistió en hacer un largo recorrido hasta Puerto Marques, sol, playa, mar, arena, olas y una experiencia en el banana split no del todo agradable, horas y horas de Pacifico, de oceano Pacifico y luego el primer brote de alergia al sol, dentro de todo alegria, felicidad y todos sus sinonimos, habia que aprovechar al maximo porque en si, era el ultimo día, pero solo de estas vacaciones, ya volveremos a el.

Faltaron bastantes lugares por conocer, El Fuerte, Pie de la Cuesta, La Quebrada, El Revolcadero, muchas playas, son unas 14 en total. El domingo basicamente fue despedirnos del mar, en el mismo lugar donde nos conocimos, como dijó mi hermano: darle Gracias por no habernos tratado mal; a medio día una ultima sesión de picina en la que mi esposa y yo ya no participamos, luego el retorno a la ciudad más grande del mundo, tan es asi, que el regreso que debió durar 5 horas duró mas de 6 a causa del trafico provocado por todos los que regresabamos a esta ciudad.

Extraño ese calorcito cargado de humedad y el sabor del agua salada, pero esa sensación en la nariz como de aire de mar aun la conservo... no se puede ir .

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